12 ago 2013

MI FINAL DE EUROPA LEAGUE.



                                                           El protagonista de la historia.


Aquí damos comienzo a esta parte nueva y novedosa del blog de GUANCHES ROJIBLANCOS, donde contaremos las anécdotas más curiosas y emotivas que hayan vivido nuestros peñistas. Este SEÑOR con mayúsculas es  FERNANDO LLAMAS CANTERO, madrileño afincado en Gran Canaria desde hace muchos años y por supuesto, seguidor del atleti. Y ahora es cuando muchos os preguntaréis...¿y qué ha hecho de especial este hombre para salir aquí? 
Fernando es el vicepresidente de nuestra peña GUANCHES ROJIBLANCOS y allá por el mes de septiembre del 2011 cuando ni tan siquiera se había jugado el primer partido del torneo de la EUROPA LEAGUE y en una reunión de la peña, nos informó que iba a cambiar sus vacaciones para mayo del 2012...para ir a ver al atleti en la final de Bucarest. Y nos lo tomamos a broma. Pero él no bromeaba, pocas veces en mi vida he visto a alguien tan convencido de lo que decía. Aún sabiendo que era muy complicado repetir tremenda gesta como ya hicimos en el 2010, daba gusto ver su confianza. Y ahí quedó el dato, en una mera anécdota. Una vez que varios equipos quedaron eliminados de la Champions y cayeron en nuestra competición (UNITED y CITY), pensé...ahora si que va a estar esto complicado. Pero Fernando tenía claro y lo repetía por activa y por pasiva...el 9 de mayo estaré en Bucarest. Para fortuna de todos los colchoneros, fue a Bucarest y vio como nuestro atleti pasaba por encima de según los "entendidos" era el mejor equipo del torneo...el athletic de Bilbao. Y les cayeron tres. A su vuelta, le pedí que me relatara por escrito sus vivencias durante ese día y después de consultarle y obtener su permiso os voy a pasar íntegro el texto que me escribió. Espero que os guste tanto y lo disfrutéis como lo hice yo cuando lo recibí.



HISTORIA DE UNA OBSESIÓN

Según la Real Academia de la Lengua,  obsesión en su segunda acepción es una “idea que con tenaz persistencia asalta a la mente”; pues eso es lo que yo he tenido con la final de la Europa league este año, a todas horas estaba en mi mente la idea de ganar la competición, no había día que no pensara e incluso soñara con ganar esta competición.

  Todo empezó a finales de diciembre del año pasado, cuando en mi empresa tuve que organizar las vacaciones, tanto las mías como las de mi mujer, pues trabajamos en la misma empresa y tenemos la posibilidad de coger las vacaciones al mismo tiempo. Pues yo insistí en que mis vacaciones de invierno tenían que incluir el 9 de mayo que era la fecha señalada para la celebración de la final en Bucarest, y el periodo que pude coger era uno que empezaba el 25 de abril hasta el 10 de mayo, ya tenía la fecha dentro de mis vacaciones, sólo me faltaba el poder alargarlas un poco más por si se ganaba la final, poder ir a Neptuno a celebrarlo. Pero esos días yo sabía que los podría acumular pues sabía a ciencia cierta que el jueves santo tendría que trabajar, así que en vez de pagármelos pediría dos días más de vacaciones, asunto concluido.

  Hasta cuando estaba convencido de que el Atleti jugaría la final es que también a finales de diciembre en mi muro de Facebook puse que mi propósito para este año era ir a Rumanía a ver GANAR al Atleti la final de la Europa league, la mayoría de la gente me animaba a que se cumpliera mi deseo, hubo otra gente que era bastante escéptica con el propósito e incluso hubo personas que simplemente se mofaron de ello, mala suerte compañeros que al final se cumplió el sueño. Recuerdo una reunión que tuvimos de la peña, creo recordar que fue el partido de liga contra el Valencia en el Calderón que se habló de la posibilidad de que como peña oficial del Atleti tendríamos derecho a entradas para la final, hubo gente quien no estaba muy de acuerdo con el reparto que había establecido la dirección de la peña a la hora de poder acceder a las entradas (es curioso porque hubo bastante gente que estaba dispuesto a acceder a las entradas, pero a la hora de la verdad de las dos entradas que el club nos proporcionó para la final ninguna fue utilizada, y digo ninguna porque más adelante explicaré como vi yo la final).

  El tiempo fue pasando y a medida que el Atleti pasaba de ronda, mis emociones cada vez se acrecentaban más, así como las ilusiones de mis allegados de que se podía cumplir mi objetivo. Cuando se jugó el partido de ida de las semifinales contra el Valencia, yo trabajaba de tarde y no pude ver el partido por televisión, pero a medida que pasaba el partido y oía como estaba jugando el Atleti comprendí que la primera parte de mi objetivo estaba cumplido y así se lo hice ver al presidente de mi peña a quien en un intercambio de sms después del partido ya tuve que zanjar la discusión (él no lo veía claro) mandándole un sms diciendo “esto esta hecho copón ya” y “ve reservando entradas para la final”; ya en el partido de vuelta con el pase a la final decidido quedé con el presidente que se pondría en contacto con el club para reservar las entradas, yo había empezado las vacaciones e iba a estar en una casa rural con mi familia donde no tendría acceso a internet y que no podría hacer nada por solicitarlas, pero el presi (gracias Rubén) se encargó en contactar con el club para que nos reservaran unas entradas, he de decir que ante la inexperiencia como peña (era la primera vez que solicitábamos entradas) para la adquisición de entradas y como mi objetivo era ir a la final, a través de unos familiares, pedí que me reservaran una entrada (ya que ellos tienen carnet de socios abonados muy antiguos y tendrían derecho a entradas) y me gestionaran el viaje con ellos para ir juntos. En este punto tengo que decir que todo esto lo he podido hacer gracias a que tengo una mujer maravillosa y que en ningún momento me ha puesto pegas a la hora de cumplir mi sueño y que como le dije que a mi no me importaba el tener que quedarme con tres entradas que yo lo que quería era ir al partido y que si me quedaba con las tres entradas y me daba igual que me costará 36 euros verlos que 100 euros, así como decirle que gracias a mi capricho este año no podríamos ahorrar nada y ella aceptó de buen agrado.

  Así que llegó el momento de la verdad y la peña consiguió dos entradas para la final y mis amistades madrileñas también me consiguieron una entrada para la final, con lo cual me encontré con tres entradas, recuerdo que el día del partido de vuelta contra el Valencia y cuando  ganamos que vimos el partido en la cervecería La Victoria (sede no oficial de la peña) había gente que cantaba que nos íbamos a Bucarest, luego la realidad es que no fue nadie, yo lo comprendo pues es un viaje muy costoso y más para un canario que encima tiene que hacer escala por Madrid, (aquí si tengo que de decir que yo soy un afortunado, pues de momento la estancia en Madrid para mí es gratuita y me ahorro ese dinero), el viaje programado salía por 585 euros incluyendo el transporte desde el aeropuerto al estadio y viceversa (que no veas si tienen que ser caras las guaguas en Bucarest porque un vuelo regular desde Madrid a Bucarest sale a 325 euros ida y vuelta, de ahí a 585 euros es los que hay que pagar por una guagua, vamos que los cabrones de viajes halcón han hecho el negocio del año con la final).

  Como he dicho estaba en mi periodo vacacional y antes de que el Atleti llegará a la final yo ya había programado un viaje relámpago a Madrid para ver el día 2 de mayo el partido contra la real y el día 3 de mayo una obra de teatro, así que también aproveché para pasar por las oficinas y recoger las entradas de la peña (entradas que ya no necesitaba porque ya tenía entrada para la final), las recogí y me dispuse a revenderlas para quien quisiera (al mismo precio que me costaron, pues como le dije a Rubén en una conversación que tuve con él que yo no quería hacer negocio con el sentimiento atlético), pero cual fue mi sorpresa que en el estadio lo que había era sólo personas que las estaban revendiendo, no había nadie interesado en comprarlas con lo que me volví para Canarias con ellas y la verdad sin esperanza de venderlas (repito que tampoco me preocupaba el hecho de no hacerlo); pero cual fue mi sorpresa que el domingo 6 de mayo estando en casa me dio por entrar en la pagina de colchonero. com y entré en el foro “entradas para Bucarest” y en la última entrada me encuentro a un colchonero de pro que dice “hola me interesa una entrada para la final estoy en Bucarest” total que a través de su correo le dejo un mensaje diciendo que yo tengo dos entradas para la final que no voy a usar y que las vendo  por el precio estipulado (36 euros cada una) que yo no quiero hacer negocio con el Atleti, pero a pesar de todo esto leo que hay otro interesado en las entradas y también le contesto que yo tengo dos entradas y… al cabo de un rato entro en mi correo y tengo respuesta del correo del chico que vive en Bucarest, contacto con él y me explica que él es rumano y que es del Atleti de siempre, pero que en Rumanía los ladrones de la UEFA pusieron a la venta las entradas en noviembre y él no esperaba que el Atleti llegara a la final (hombre de poca fe) y por eso no compró entrada, yo le expuse el por qué tenía dos entradas de más y quedamos que yo le llevaría una a Bucarest, que no se preocupase que él la final la vería dentro del estadio. Pero no sólo me llamó Catalin (así se llama el chico rumano), sino que al poco rato recibo otra llamada pidiéndome entradas para la final, que eran de Madrid que ya habían comprado el viaje, pero que no tenían entradas y que la reventa estaba por las nubes, estos me garantizaban vender las dos entradas y Catalin sólo una, pero no sé, pues no conocía a ninguno de ellos, pero Catalin me inspiraba más confianza, así que les dije que lo sentía mucho, pero que ya las había comprometido, así que me embarqué para Bucarest con una entrada vendida y la otra esperando hacerlo allí.




                                                   Catalin es el que porta la bufanda.



  El viaje fue bastante alegre y ameno, a pesar de lo largo que se hizo, llegamos a aeropuerto con nuestras vestimentas atléticas y allí ya se empezaba a sentir ambiente de final, nos dirigimos a los mostradores de air Europa para conseguir nuestras tarjetas de embarque, allí nos asignaron asiento tanto para la ida como para la vuelta, pues también nos dieron las tarjetas para la vuelta (la liaron parda pues el asiento asignado a uno de mis amigos también se lo habían asignado a otra persona, menos mal que sólo fue un error de asiento no que habían metido más pasajeros que asientos, y después de unos instantes que se hicieron eternos, se solucionó el problema y pudimos despegar, bueno eso es un decir, porque desde que el avión se puso en marcha hasta que nos pusimos en pista estuvimos 25 minutos rodando por el aeropuerto de Madrid; ya en vuelo, la verdad es que poca gente iba sentada,  así que el avión parecía una guagua municipal en hora punta con el trastorno que eso implicaba a las azafatas, alguna incluso no se lo tomó muy bien, y se quejaba del personal, nosotros la decíamos qué que esperaba si íbamos a una final y que la vuelta podía ser peor, en el avión iban también aficionados del Bilbao,           que tuvieron que soportar cánticos atléticos como la famosa canción de verano azul “el barco de chanquete no lo moverán” en clara alusión a la gabarra bilbaína; quien peor lo pasó en el vuelo de ida fue Julio Salinas que pese a empezar el viaje durmiendo nosotros sutilmente le despertamos con el famoso cantico que le cantaba el Atleti cuando él era jugador del depor “por culpa del Salinas nos fuimos del mundial”; los más jóvenes cantaban otro cantico un poco más fuerte “pásate un gramo, Salinas, pásate un gramo”; así hasta que nos apiadamos de él y variamos un famoso cantico del frente para alegrarle “Arriba Tomás ese balón, que Manolo lo prepara y Salinas mete gol” (en el autentico en vez de Salinas se dice Caminero).



                                                 Julio Salinas al fondo tratando de dormir.


El viaje en el aire duró 3 horas y cuarto, pero otra vez desde que el avión aterrizó hasta que se abrieron las puertas, estuvimos unos 20 minutos rodando por el aeropuerto, así que desde las 9´30 horas que salía el avión llegamos a Bucarest a las 14 horas (hablaré siempre hora peninsular, pues en Rumanía es una hora más).
  Lo primero que tengo que decir nada más llegar a Bucarest es que tuvimos mucha suerte porque aunque estaba muy, pero que muy nublado, no estaba lloviendo, lo había estado haciendo durante toda la mañana y que había una temperatura agradable; en el aeropuerto había bastante seguridad, como en casi toda la ciudad, allí tuvimos que pasar control de pasaportes, aunque a un español entrar en Rumanía si la estancia es inferior a 30 días con el D.N.I. es suficiente; el aeropuerto estaba muy bien indicado por donde teníamos que ir con carteles anunciando autobuses Atlético de Madrid, el aeropuerto estaba completamente decorado con los emblemas de la Europa League, y en el mismo aeropuerto cambiamos la moneda.  En el avión habíamos decidido hacer una caja común (siempre que viajamos lo hacemos) y decidimos poner cada uno 50 euros (200 euros en total), pero decidimos que de momento cambiábamos sólo 100 euros, el cambio de divisa estaba 1 euro= 4.10 leis (aunque la moneda nueva se llama ron, los rumanos la siguen llamando lei). Nos dirigieron a donde estaban las guaguas para llevarnos hasta el estadio, nos subimos en una de ellas y el responsable del turoperador nos dijo que nos acordáramos del número de la guagua que iba a ser la misma que nos llevaría de regreso al aeropuerto. Durante el trayecto desde el aeropuerto hasta el estadio (duró como 45 minutos el traslado) recibí la llamada de Catalin preguntándome por donde iba y quedamos en vernos en la zona fan del Atleti que él estaría al lado de una estatua de un caballo, cuando llegamos al estadio tuvimos que coger otra guagua que nos llevaba a la zona donde estaba la afición del Atleti y curiosamente tuvimos que deshacer el camino andado por la guagua del aeropuerto, que digo yo que nos podían haber llevado desde el aeropuerto directamente a la zona atlética. 

  Durante el trayecto, que duró bastante tiempo ya que había bastante trafico (luego Catalin nos dijo que es que había muchas calles cortadas por lo que el trafico se concentraba por las principales calles) pudimos descubrir que en Rumanía también se hacen muchas locuras al volante (pero que muchas) y se hacían cambios de sentidos en sitios inexplicables, se cerraban a las guaguas, y lo que es peor se invadían las zonas de tranvías y trolebuses estando estos cerca de allí; cuando llegamos a la zona fan del Atleti eran casi las 16.30 horas, enseguida encontramos a Catalin (que nos estaba esperando con 6 cervezas que agradecimos un montón, ya que en el avión era prohibitivo beber) y allí mismo hicimos la transacción de la entrada, él me dijo que si quería el dinero en leis o euros yo le dije que en euros y me la pagó (ya había vendido una).Le comenté si conocía de alguien que estuviera interesado en la otra y enseguida se puso a hablar por teléfono para venderla, le dijimos que nos llevara a algún sitio a comer por la zona (ya que la fan-zona estaba a rebosar y allí nos iban a dar un estacazo) y él nos dijo que esa zona no la conocía y nos llevó a un McDonald’s a comer (hicimos algunas gracias con lo de ir a Rumanía a comer y terminar en un McDonald’s, pero luego escuchando a la gente los comentarios sobre la comida nos dimos cuenta que era lo mejor, sobretodo por la hora que era, las 18 horas en Rumanía, donde vas a comer a esas horas), No quiso que le pagáramos la comida, así como tampoco quiso que le pagáramos los cubatas que nos tomamos después; un poco antes de irnos hacia el estadio Catalin me dijo que me había vendido la otra entrada y que lo había hecho por 40 euros ( así que sin querer hacer negocio, la peña tiene 4 euros más de la venta de la entrada) y que le veríamos antes de entrar en el estadio.



                                              Tomando un refrigerio antes de la final.

  
Hacía las 19 horas decidimos ir para el estadio (ya llevábamos una buena porción de cubatas en el cuerpo) y nos dirigimos a la zona fan para coger la guagua para el estadio y había una cola de tres pares de cojones, entonces Catalin se ofreció a ser guía nuestro por el metro de Rumanía (por cierto no nos dejó pagar el billete). Así que decidimos ir en el metro (he de decir que en todo momento en Bucarest la gente se portó de maravilla y fueron muy educados, y aunque la ciudad se veía vieja y humilde se denotaba tranquilidad, pudiera ser porque había mucha seguridad, no lo sé). Dentro del primer metro íbamos charlando con un tono de voz ligeramente alto (no gritábamos) y se nos acercó un segurita para decirnos que habláramos más bajo (nos llamó mucho la atención porque eso ocurre en el metro de Madrid y el segurita sale por la ventanilla), le hicimos caso, pero en el transbordo siguiente que iba mucho más lleno y esperando a que cerraran las puertas (pues como decía uno de nosotros, así no nos pueden echar) nos hicimos un cantico con el himno del Atleti, salimos del metro por la estación Falcao, pero por zona bilbaína y desde allí caminamos hasta el estadio.  




                                           Estación de metro con el nombre de Falcao.

Aquí hay una anécdota cojonuda de Catalin, pues un grupo de aficionados del Bilbao se pararon a hacerse una foto y él ni corto ni perezoso se puso en la foto por detrás enseñando la bufanda del Atlético de Madrid; ole sus cojones (también he de decir que salvo unos pocos energúmenos tanto de unos como de otros el comportamiento de los seguidores fue ejemplar); justo al llegar al estadio coincidimos con la llegada de la alcaldesa de Madrid Ana Botella que salía de su coche Y uno de mis amigos( que iba PELIN bebido) se acercó y diciéndola “alcaldesa, mire este chico es un rumano que adora al Atleti” la alcaldesa se empezó a reír y se hizo unas fotos con él, mi amigo se dio cuenta que en el coche también iba del Bosque y empezó a decirle “del Bosque por favor Juanfran selección” nosotros nos descojonábamos (después cuando del Bosque convocó a Juanfran nos decía ”veis como me ha hecho caso”), después de hacerse las fotos le dijimos que con quien se las había hecho y su cara empezó a iluminársele como si fuera un niño con juguete nuevo, empezó a llamar a sus amistades para decir con quien se había hecho la foto.



                                                     Ana Botella a su llegada al estadio.


Después de dar la entrada al amigo de Catalin y que me la pagara decidimos entrar al estadio; el estadio no tiene nada que ver con la humildad de la ciudad, es maravilloso, tiene  unos accesos amplios y cómodos, las gradas están todas cubiertas y se ve el futbol de maravilla desde cualquier parte, pero cuando entramos tuvimos un pequeño problema con la seguridad y es que no nos dejaban entrar el embutido, ni el pan que llevábamos al estadio, que lo teníamos que dejar en consigna y al salir que lo recogiéramos, nosotros les explicábamos que era para comer en el descanso a lo que nos respondían que tendríamos que comer lo que hay en el estadio, después de un tira y afloja nos lo dejaron pasar (menos mal que pudimos comer jamón y lomo de la tierra) ya en nuestras localidades (aquí nos tuvimos que separar de Catalin pues teníamos localidades en distintos sitios), pudimos comprobar que pese al gran ambientazo que había, sólo una mitad del campo se veía rojiblanca pues la zona que se quedó la UEFA para ella gestionarla y estaba sin banderas, ni bufandas ni nada, puta UEFA coño, porque no dará las entradas para los equipos finalistas.



                                            Magnífico el estadio que acogió la final 2012.

Del partido no tengo mucho que decir, pues creo que lo habéis visto, pero sí decir que el Atleti se presentó en el partido con mucha fuerza, seriedad y empaque que creo que desconcertó al Bilbao y al cabo de unos minutos de presión y fuerza arriba llegó el maravilloso gol de Falcao, el gol se marcó en la portería contraria a la nuestra y en zona bilbaína, pero fue un júbilo, es más uno de mis amigos (lo suele hacer siempre) se abalanzó sobre nosotros y a mi me desgració las gafas (suerte que en mi obsesión por la final, una noche soñé que viendo el partido se me rompían las gafas, así que tenía decidido llevarme las de repuesto, no lo hago en ningún viaje, a partir de ahora las llevaré siempre) y a pesar de que pude arreglar las gafas, tenía las de repuesto. A partir de ese momento la final fue otra cosa, porque aunque yo no paraba de mirar el reloj y el jodío no avanzaba, el sufrimiento era distinto, porque no es lo mismo esperar que se te adelanten a esperar que te empaten, el equipo jugó muy serio, se secó a Llorente, los medios este partido parecían Xavi e Iniesta y del cuarteto atacante no hay palabras para definir lo que hicieron, pues aunque los dos cracs marcaron las diferencias, Arda hizo diabluras y Adrián abrió muchos espacios arriba; y cuando Falcao hizo el segundo gol, que posiblemente sea el mejor del torneo se desató la locura en el estadio, había mucha gente que pensaba que estaba ganada ( yo entre ellos) y aunque decíamos que es el Atleti y todo puede pasar en el fondo de nuestro interior, viendo como discurría el partido, sabíamos que no se nos podía escapar. En el descanso estábamos bastante relajados  y aprovechamos para comernos los bocadillos que el señor Platini no nos dejaba entrar (menudo cabrón) cuando vemos que Catalin aparece donde estamos nosotros y como había un sitio libre a nuestro lado, se quedó a ver la segunda parte con nosotros (y eso que su localidad era mejor que la nuestra).



                                             Catalin en su nueva posición en el estadio.



La segunda parte la tuvo el Atleti controlada en todo momento y aunque el Bilbao tuvo sus oportunidades, se veía claro que la final era nuestra, es más hasta la afición bilbaína por momentos se dio por vencida y a ratos dejaba de animar, nosotros no paramos de animar en ningún momento, y me podrán decir que era porque íbamos ganando, pero yo puedo decir que eso no es verdad, pues yo estuve en Barcelona en la final de copa contra el Sevilla y pese a perder no se dejó de animar en ningún momento, incluso con el partido terminado estuvimos 40 minutos animando al Atleti; para colmo faltando 7 minutos Diego (el que faltaba) se marcó una jugada maravillosa terminando en gol, este si que lo vimos de maravilla, pues ocurrió en la portería donde estábamos nosotros viendo el partido. A partir de entonces si que puedo decir que vi poco el partido, me dedique a mandar sms a mis amistades y desde ahí hasta que recibió el Atleti la copa todo fue el éxtasis, mi obsesión se había cumplido y yo era el hombre más feliz de la tierra, sé que hay mucha gente que esto le ha hecho muy feliz, pero dudo mucho que lo haya sido más que yo.       Después de la entrega de copa y la celebración con los jugadores (por cierto, Arda hizo un gesto maravilloso mientras lo celebraba con la afición y es tocarse el mulso al estilo Ronaldo), y sobretodo ver como el Cholo dejaba que los jugadores se llevaran todo el protagonismo, cuando parecía que todo acababa, cogió la copa y a su cuerpo técnico y se fue a nuestro fondo a celebrarlo, así que otra vez con los cánticos, la euforia y demás.



                                          Los jugadores celebrándolo en nuestra posición.



Mientras salíamos del campo Catalin no paraba de decirme que le había regalado el día mas feliz de su vida, y yo le decía que nos lo había regalado el Atleti a todos. Catalin nos acompañó hasta la guagua que nos llevaba al aeropuerto y allí nos despedimos, aunque estaríamos en contacto a través de email o Facebook, además en junio se va a Madrid a trabajar un año con lo que quedó con mis amigos en verse, y si yo coincido por allí le daré un toque, pues me ha demostrado ser una persona maravillosa y que se prestó a hacernos de interlocutor con las personas con quien nos cruzamos.



                                Disfrutando hasta los úlitimos segundos de un estadio casi vacío.

  

Esperando en la guagua a que nos llevaran al aeropuerto fueron los momentos más aburridos y desagradables del viaje, ya que para no colapsar el aeropuerto nos tuvieron en la guagua 3 horas esperando, además en ese momento se puso a lloviznar por lo que salir de la guagua no era factible y no había ningún bar cerca, así que sólo nos quedaba aguantar; mientras aguardábamos para salir hacia el aeropuerto lo único que nos quedaba era recordar el día y analizándolo saqué la conclusión que no había visto casi nada de la ciudad (entre otras cosas porque estuvimos muy pocas horas) pero que me daba igual por la inmensa alegría que me habían proporcionado los jugadores, y que el gasto económico en Rumanía fue de 25 euros, es cierto que no comimos mucho (y en un McDonald’s), pero los nervios previos a la final no nos dejaban ingerir alimentos, lo que si bebimos fueron varios cubatas (lastima que no pudieron ser carta de oro); la salida del avión se produjo a las 4 de la madrugada y el viaje fue muy tranquilo, la gente no tenía muchas ganas de fiesta (nos la quitó la larga espera para coger el avión).
  Llegamos a Madrid sobre las 7.30 horas de la mañana y de allí me dirigí a descansar un poco y entonces descubrí una de las mayores alegrías que me ha podido proporcionar este Atleti y es que cuando llegué a mi barrio de siempre (San Cristóbal de los Ángeles) coincidí con la entrada al colegio de los niños y pude comprobar como muchos chiquillos al verme con la camiseta del Atleti sonreían, se le iluminaba la cara y en definitiva como dijo el Cholo iban orgullosos al cole, con su camiseta del Atleti puesta y sin que nadie se meta con ellos, no hay palabras para expresar esto.
  Por la tarde me dispuse a disfrutar de otra velada ya más tranquila que era ver la celebración del equipo, así que fui al Calderón  a verles salir y desde allí aunque no hice todo el recorrido con ellos, si que estuve en todas las paradas que hicieron, el problema es que al hacer esto cuando llegué a Neptuno no se podía entrar pues había unas 100.000 personas celebrando el titulo, lo tuvimos que ver por una calle lateral y disfrutamos del maravilloso triunfo que nos ha brindado este equipo que siempre esta y estará en mi sentimiento.
                            AUPA ATLETI

  Así termina el magnífico relato que me facilitó Fernando a los pocos días de su regreso. Detallista, lleno de inmensos sentimientos que solo podrán valorar aquellos que llevan la rojiblanca madrileña por bandera. Gracias amigo.

P.D: He de decir que este señor es una de las pocas personas que conozco, con las cuales sigo aprendiendo y nunca me canso de hablar de fútbol. Un auténtico placer siempre maestro.



                                          El premio por su gran fe...la camiseta de campeones.

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